Según señala el Diario Actualidad Evangélica “Las organizaciones humanitarias que actúan en la región -entre ellas la Misión Bautista y Remar- piden ayuda para prestar asistencia de emergencia. En torno a 1,85 millones de personas se han visto afectadas por el paso del ciclón Idai y sus consecuencias únicamente en Mozambique, según la Oficina de la ONU de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Las organizaciones humanitarias aún tratan de determinar la escala del desastre. Las condiciones disparan el riesgo de que broten enfermedades como el cólera.”
“Por ahora, el balance de muertos en Mozambique, donde el ciclón tocó tierra cerca de la ciudad de Beira el 14 de marzo, con vientos de hasta 170 kilómetros por hora, se mantiene en 446, a los que se suman cerca de 300 fallecidos más entre Zimbabue y en Malaui. En total son más de 700 muertos. 128.000 personas desplazadas se encuentran alojadas en los centros habilitados por el Gobierno.” informa.
Según datos que ha dado el Gobierno de Mozambique más de 3,100 escuelas a las que asistían 90,000 estudiantes han quedado destrozadas, lo que implica un retraso en la educación del país y el cuidado de los niños que siempre son la población más vulnerable ante estos desastres. Además de ello 33,500 viviendas están completa o parcialmente destruidas dejando gran parte de la población sin un refugio, viviendo cada día entre la humedad, la destrucción, la desolación y la pobreza, ya que 500,000 hectáreas de cultivos que estaban a punto de ser cosechados se han perdido.