En el Día Internacional de los Voluntarios, celebramos a quienes, con amor y dedicación, transforman la vida de niños vulnerables. Conoce cómo los voluntarios de REMAR impactan vidas en todo el mundo, inspirando un amor que cambia destinos.

El abrazo que transforma vidas
En un mundo donde muchos niños crecen sin las condiciones básicas de amor, seguridad y cuidado, los voluntarios se convierten en parte vital de sus vidas. Para un niño que vive en situación de riesgo, un voluntario no es solo una figura pasajera; es un cuidador, un maestro, un protector y, muchas veces, un padre o madre sustituto.
Este artículo celebra la labor incansable de los voluntarios de REMAR, quienes dedican sus vidas a transformar el futuro de miles de niños vulnerables en todo el mundo.
El Voluntario: Un Instrumento de Amor y Compasión
El trabajo del voluntario se define por un amor incondicional hacia el prójimo. Un ejemplo son los voluntarios de REMAR que ofrecen su tiempo, esfuerzo y corazón para cuidar, enseñar, proteger y guiar a niños que, en muchos casos, han perdido todo. Este amor desinteresado se refleja en la palabra de Dios que dice: «Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.» — Efesios 2:10.
Los voluntarios no solo cubren las necesidades básicas, sino que también siembran en los niños valores como la fe, la esperanza y la gratitud. A través de su ejemplo, demuestran lo que significa ser generoso y solidario.
Características que Definen a un Voluntario
- Compasión: Sienten profundamente el dolor ajeno y actúan para aliviarlo.
- Paciencia: Acompañan a los niños en su proceso de restauración y crecimiento, respetando su ritmo.
- Generosidad: Dan sin esperar nada a cambio, confiando en que su labor tiene un propósito mayor.
- Fortaleza: Perseveran a pesar de los desafíos, motivados por el impacto positivo que pueden generar.
- Empatía: Escuchan y entienden las necesidades emocionales y físicas de los niños.
Historias de Impacto: De Ayudados a Ayudadores
En los hogares de REMAR, muchos niños han encontrado una nueva familia en los voluntarios. Al crecer, inspirados por el amor y el ejemplo recibido, varios de ellos han decidido permanecer como voluntarios, dedicando sus vidas a cuidar y guiar a otros niños. Este ciclo de amor y servicio es una prueba viviente del impacto duradero del voluntariado.
Un Agradecimiento Especial en el Día Internacional de los Voluntarios
Desde el Programa de Apadrinamiento de Niños (PAN), extendemos nuestra gratitud a cada voluntario que ha tocado la vida de nuestros niños. Ellos son instrumentos de Dios, mostrando el amor y la compasión que transforman vidas. En cada hogar, en cada país donde REMAR trabaja, los voluntarios son la fuerza motriz que hace posible un cambio real.
Un Padrino: Un Voluntario a Distancia
No todos los voluntarios están presentes físicamente en los hogares, pero su impacto puede ser igual de significativo. Al apadrinar a un niño, los padrinos se convierten en voluntarios a distancia, ofreciendo su amor y apoyo de manera constante. A través de su contribución, un niño puede acceder a educación, alimentación, y un entorno seguro donde crecer con dignidad. Ser padrino es, en esencia, un acto de voluntariado, pues implica dar desinteresadamente para construir un futuro mejor para alguien más.