Los niños son tierra fértil para la fe. Descubre cómo inculcar valores cristianos en los más pequeños y sembrar semillas que perdurarán para toda su vida. REMAR y PAN te invitan a unirte a esta obra de amor y esperanza.

El corazón de un niño es como un campo fértil, listo para ser sembrado con las semillas de la fe. En esta etapa crucial de la vida, los pequeños son especialmente receptivos a los valores y enseñanzas espirituales. Es por ello que la tarea de inculcarles la fe cristiana cobra una importancia fundamental, no sólo para su presente, sino también para su futuro.

¿Por qué los niños son tierra fértil para la fe?

  • Curiosidad innata: Los niños poseen una curiosidad natural por el mundo que los rodea, incluyendo las preguntas sobre la existencia de Dios, el significado de la vida y la eternidad.  Esta curiosidad abre las puertas a la fe y a la conexión con lo divino.
  • Imaginación vibrante: La imaginación de un niño no tiene límites, lo que les permite visualizar fácilmente conceptos abstractos como el amor de Dios, los ángeles y el cielo. Esta capacidad imaginativa facilita la comprensión de los principios y valores cristianos.
  • Corazón puro e inocente: Los niños aún no han sido moldeados por las experiencias negativas del mundo, por lo que su corazón permanece puro e inocente. Esta pureza los hace más receptivos a los mensajes de amor, bondad y perdón que son la base de la fe cristiana.
  • Confianza y apertura: Los niños tienen una confianza natural en las personas que los rodean, especialmente en sus padres y figuras de autoridad. Esta confianza los hace más propensos a aceptar las enseñanzas de fe que les transmiten con amor y paciencia.

Recordemos las palabras de Jesús: 

«En verdad os digo que si no os volvéis y no os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.» (Mateo 18:3)

¿Cómo sembrar las semillas de la fe en el corazón de un niño?

  1. Predicar con el ejemplo: La forma más efectiva de enseñar la fe a un niño es a través del ejemplo. Los niños aprenden observando el comportamiento de los adultos que los rodean. Por lo tanto, es fundamental que los padres y educadores vivan de acuerdo a los valores cristianos que quieren transmitir.
  1. Hablar de Dios con naturalidad: Integrar las conversaciones sobre Dios y la fe en la vida cotidiana es esencial. Se puede hablar de Dios en cualquier momento y lugar, desde la hora de la cena hasta un paseo por el parque. Lo importante es hacerlo de forma natural y accesible para el niño. 
  1. Compartir historias bíblicas: Las historias de la Biblia son una herramienta valiosa para enseñar valores morales y principios cristianos. Leer historias bíblicas juntos, contarlas con entusiasmo y explicar su significado puede despertar el interés del niño en la fe. 
  1. Orar juntos: La oración es una forma poderosa de conectar con Dios y fortalecer la fe. Orar en familia crea un ambiente de unidad y espiritualidad que puede tener un impacto profundo en el corazón de un niño.
  1. Crea un ambiente de fe en el hogar: Ora antes de las comidas, agradece las bendiciones y comparte valores cristianos como el amor, la compasión y el perdón.
  1. Incluirlos en la vida de la iglesia: Llevar a los niños a la iglesia desde pequeños les permite familiarizarse con la comunidad de fe, participar en las reuniones, escuela dominical, campamentos y compartir de Dios con otros niños y adultos. 

Recuerda:

  • La fe es un regalo que se cultiva con paciencia, amor y dedicación.
  • No hay una fórmula para enseñar la fe a un niño. Lo importante es ser constante, sincero y dar el ejemplo.
  • Cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje espiritual. Respeta el proceso individual de cada uno.
  • Lo más importante es que el niño se sienta amado, aceptado y valorado, independientemente de su nivel de comprensión de la fe.
  • Siembra las semillas de la fe en el corazón de un niño y estarás regalándole un tesoro invaluable que le acompañará durante toda su vida.

REMAR Y PAN sembrando semillas de fe en el corazón de los niños

En REMAR y PAN (Programa de Apadrinamiento de Niños), a través de nuestros hogares de acogida, guiamos a los niños en sus primeros pasos en la fe. Hablamos con ellos sobre Dios, la fe, la esperanza y cómo vivir desde pequeños de acuerdo al plan de Dios y Su voluntad, para que tengan una vida llena de bendición.

¿Te gustaría unirte a esta obra de amor y fe en favor de los más pequeños? Apadrina un niño con PAN y sé parte de esas semillas  de esperanza y fe que sembramos en el corazón de un niño.