
Desde 2010, tras los diferentes conflictos de la década de los noventa, la República de Serbia vivía una angustiosa situación de necesidad, que llevó a REMAR a abrir allí una delegación que diese respuesta a la problemática social que se vivía. Ahora hay varias casas de acogida para familias y hombres que no dejan de crecer para atender a las víctimas desgarradas de aquellos conflictos y de la marginación causada por las adicciones.